QUERIDA CARLA... HIZO TODO FÁCIL

Existía una sola opinión, el grupo que participaba en el clásico El Mercurio de Santiago – Agustín Edwards era estelar en la Ciudad Jardín. Las mejores yeguas de la cancha salían en una carrera atractiva, que tenía recompensa de $ 1.800.000 a la ganadora y distancia de 1.300 metros.

El favoritismo recayó en Terra Santa, yegua que aloja en el corral de Luis Catena y que en el último tiempo ha asumido una campaña plagada de buenas carreras, cobrando en las últimas 10 salidas. El problema para ella es que tiene que darle kilos a todas. Es la ley de la hípica para igualar las posibilidades.

Mamá Angélica fue la encargada de comandar las acciones y lo hizo sin medir el esfuerzo inicial, ya que su jinete salió moviendo los primeros metros, seguida de cerca por Cliq que le siguió el juego –ambas llegaron en los últimos lugares-. Tercera corría Querida Carla y tras ella la favorita. Mauricio Olivares, relator viñamarino fue profético cuando en el poste de los 700 metros dijo ``tercera Querida Carla acercándose a las punteras´´.

Las punteras seguían con una lucha endemoniada, tal como si sólo corrieran ellas. Por dentro comenzaba a avanzar la pensionista de Juan Pablo Baeza, la que tenía sólo una carrera en el reducto de avenida Los Castaños. Como era de esperar, las punteras decayeron su accionar en el poste de los 400 metros y aparecieron nuevas protagonistas. Claro que Alejandro Maureira había pasado al primer lugar y prácticamente aseguró la carrera.

La defensora de los colores del stud Haras Porta Pía se desprendió hasta sacar clara ventaja de 5 ¼ cuerpos sobre la favorita, la que lamentablemente apareció muy abierta y tardíamente. Stratega y Surabaya completaron la apuesta superfecta del único clásico de la jornada viñamarina, que tuvo tiempo de 01.16.72.